Visitaremos el Castillo, sus salas sobrias, y reviviremos las historias que se vivieron entre sus muros: el auge y caída de los caballeros Templarios, autores de la construcción. Visitaremos la Capilla y en el Salón Gótico, que fue sala de audiencias, convirtiéndose en una de las tres únicas sedes papales de la Historia con la presencia de Benedicto XIII, el papa Luna. En este tour conoceremos por qué Peñíscola fue elegida.
Desde las almenas de este bastión medieval disfrutaremos además de unas excelentes vistas del Mediterráneo.
Tras la visita al Castillo, continuaremos nuestro tour conociendo el legado que dejaron los fenicios, los griegos, los cartagineses, los romanos, los bizantinos y los musulmanes en esta zona del Mediterráneo. El centro histórico de la localidad nos deparará gratas sorpresas, como la famosa Casa de las Conchas.
Nuestro paseo por las callejuelas nos llevará hasta el fortín de Bonete, desde donde podremos admirar el Bufador, una imponente brecha entre la roca sobre la cual se asienta el caserío.
Finalizaremos el tour pasando por la Iglesia de Santa María, la Plaza del Ayuntamiento y regresando a la céntrica Calle Mayor donde empezamos nuestro tour.
Destacado:
El Castillo Templario-Pontificio de Peñíscola se comenzó a construir en 1294 y se termino en 1307 esta fortaleza que ocupa la parte más elevada del promontorio rocoso donde se encuentra el pueblo. Peníscola es toda ella una fortaleza amurallada, unida a tierra por una estrecha lengua de arena, que hasta épocas recientes desaparecía cuando había tormentas en el mar.
Peñiscola es conocida como «la Ciudad en el mar» por este peculiar emplazamiento.
El castillo fue construido por los caballeros Templarios. Edificaron el castillo a imagen y semejanza de los que antes habían construido en Tierra Santa.
El monumento conserva en la actualidad todas las particularidades de una obra templaría siendo uno de los más claros exponentes de dichas características. Muestra una arquitectura gótica de marcado carácter románico puro y estilo cisterciense, austero. Tiene un perímetro de 230 metros y una altura media de veinte metros, y 64 metros sobre el nivel del mar. Destaca su parecido con el castillo de Miravet, construido 150 años antes.
Refugio postrero donde se recluyó Benedicto XIII, que pasará a la Historia como el Papa del Mar.
